El nuevo gobierno español tiene sobre la mesa una solicitud especial de Aena de subir las tarifas aeroportuarias en 2024 un 4.09%. En esta entrevista, Ana Gomez Pineda, Assistant Director Airport Infrastructure para Europa, nos explica porque esta propuesta es negativa para la ciudadanía.
Podríamos decir que la pandemia ha relegado el 11-S o la crisis financiera del 2008 a un segundo o incluso tercer nivel en la Historia de la aviación civil. Después de tres años y medio, estamos volviendo ahora a cifras de tráfico similares a los del 2019, lo que es buena señal, pero queda todavía mucho trabajo por delante.
Desde un punto de vista financiero, el margen de beneficio neto de las aerolíneas sigue siendo escaso (sólo el 2,6%) y los resultados financieros regionales desiguales. Europa no recupera tan rápido como otras regiones. El caso de España es llamativo: el sector contribuye un 8% del PIB y aporta una conectividad nacional e internacional imprescindible tanto para la economía como para la sociedad. También cabe recordar la importancia de la contribución de la aviación para el turismo. El 82% de los visitantes del extranjero a nuestro país llegan por vía aérea y aún más crítica es la aviación para la conectividad aérea con las Islas Canarias y las Baleares.
También cabe resaltar los esfuerzos necesarios para cumplir con nuestras ambiciones medioambientales: cero emisiones netas en el 2050.
En España, Aena se encuentra en una situación de extremada rentabilidad para sus accionistas con un beneficio neto de 1.139 millones de euros en los nueve primeros meses de 2023, y con niveles de tráfico de pasajeros un 2,3% por encima de 2019, por lo que los beneficios para el gestor aeroportuario español son excelentes.
Aena ha presentado una petición al gobierno para saltarse el techo de subida de precios del 1% y llegar hasta el 3,5%. Este incremento extraordinario impactará en una mayor subida de la inflación a nivel nacional para toda la ciudadanía y repercutirá negativamente en la recuperación turística a nivel nacional. Viendo lo mucho que impacta esta inflación a los ciudadanos y a los turistas, y teniendo en cuenta la importancia del sector aéreo y turístico, esta solicitud de Aena está completamente fuera de lugar y contraproducente.
Aena es prácticamente el único operador aeroportuario en España. Es un monopolio del que depende el 8% del PIB con beneficios extremadamente lucrativos para sus accionistas en bolsa. Controlar los precios que ofrecen a la ciudadanía y a las compañías aéreas es clave para garantizar que el turismo siga generando creación de riqueza a nivel nacional y España pueda cumplir con la senda de reducción del déficit que tenemos ahora dictada por Europa.
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